lunes, 20 de julio de 2009

TEORÍA FUNCIONALISTA DE LA COMUNICACIÓN


Teoría funcionalista

En las ciencias sociales, en especial la sociología, el funcionalismo es una doctrina que sostiene que las instituciones sociales son medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las necesidades biológicas; los define, por lo tanto, por el cumplimiento de una función social, y no —como se hacía generalmente— por las circunstancias históricas de su desarrollo. Enfatiza, por lo tanto, las medidas que las instituciones toman para alcanzar los fines socialmente valorados; en la escuela funcionalista americana, basada sobre todo en la obra de Talcott Parsons, se pone un énfasis particular en el mantenimiento de la estabilidad social.


La Teoría funcionalista, data de principios del siglo XX con la obra de Harold Laswell, World Politics and Personal Insecurity y Propaganda and Promotional Activities; otro de los autores que ha realizado grandes aportaciones a la Teoría funcionalista fue Paul Lazarsfeld mediante su trabajo The People's Choice. Como todas las teorías de la comunicación, trata sobre el poder y la influencia de los medios de comunicación en el público.


Teoría funcionalista

Esta teoría afirma que los medios de comunicación, entendidos como emisores de información, siempre tienen la intención de obtener un efecto sobre el receptor, es decir, se intenta persuadir a los espectadores. Para conseguirlo se formulan las siguientes preguntas: quién, qué, a quién, a través de qué medio y con qué finalidad.


Los receptores, por su parte, tienen un conjunto de necesidades que los medios deben satisfacer. La función de esta institución tiene tres niveles. Por un lado se estandarizan los fenómenos sociales. Además esclarece las condiciones de los modos de vida y, por último, analiza las funciones de las operaciones repetidas dentro de una sociedad.


Respecto a la influencia de los medios de comunicación en la sociedad, la teoría funcionalista habla de que los medios son utilizados por el Estado (el Gobierno) para vigilar el entorno, controlarlo y para transmitir la herencia social, antes transmitida mediante la educación.


La Teoría funcionalista, a diferencia de lo que opinaba la Teoría de usos y gratificaciones considera a la sociedad como una totalidad, marcada por el equilibrio ya que los medios tendrían mucho que ver en esa estabilidad social. Las sociedades disponen de mecanismos propios capaces de regular los conflictos y las irregularidades; así, las normas que determinan el código de conducta de los individuos variarán en función de los medios existentes y esto es lo que rige el equilibrio social. Por tanto podríamos entender la sociedad como un organismo, un sistema articulado e interrelacionado. Una totalidad constituida por partes discretas. A la vez, cada una de estas partes tiene una función de integración y mantenimiento del propio sistema.

No hay comentarios: