El capitalismo salvaje con sus tentáculos depredadores, se inserta en las necesidades de la población para mercadear con las mismas.
En este sentido, el sector educativo privado no escapa de ello, dejando a un lado la ética de la educación para hacer un negocio con la misma.
El caso de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), es la típica metodología que utilizan algunas instituciones privadas, donde hacen alarde de una educación con calidad, disfrazada de un alto grado de exigencia, cuando en realidad lo que se realizan son practicas de mercantilismo educativo, aplicando filtros para forzar los cursos de verano y otras demandas.
¿Qué moral pueden tener los estudiantes y rectores de mirar la paja en ojo ajeno?, cuando con su retórica permanente critican al gobierno.
No todos los estudiantes de la UCAB, vienen de esas posiciones privilegiadas económicamente, con capacidad para costearse las altísimas matrículas, de hasta más de 25% de aumento entre un semestre y otro. Además de los costos de los materiales e insumos educativos.
La estrategia está en evidencia, la participación de los directivos de esta institución, están financiando a cuenta de los estudiantes, el saboteo y conspiración política en contra de la revolución, mediante la cortina de humo de que la UCAB necesita recursos. Estamos frente a una nueva embestida del capitalismo salvaje.
Leonardo Cantillo
leonardocantillo@gmail.com
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