viernes, 19 de junio de 2009

EL REVOLUCIONARIO IRREVERENTE

No es nuestra intención clara como revolucionarios convertirnos en unos escépticos radicales, sin embargo, los embates opresores del capitalismo en su maniobra mediática, nefasta y permanente, junto a su retórico discurso de las libertades plenas, insisten en embestir, criticar y satanizar el socialismo. Discurso que se ha convertido en la enfermedad psicológica a las que muchos embarga, generando un estado de indecisiones políticas, generando una condición de pasividad política, llevándolos a vivir una realidad virtual, frágil y en la mayoría de los casos, se convierte real dentro de su lógica inequívoca, pero que en su esencia sufre consecuencias colectivas, debido a la inestabilidad del sistema capitalista, es entonces a lo que remediablemente llaman crisis.

Esa crisis, viene dada, no por buscar una solución real y radical del problema (eso sería una gran pérdida monetaria) la crisis es un estado donde los fenómenos económicos surgen, debido a que las elites se mantienen de esa crisis, luego una manada de dinosaurios con maestrías en economía, aportan las posibles soluciones donde casi nunca (por no decir que siempre) el pueblo es el sacrificado. Pero que dada la necesidad de mantener esa elite, nunca señalan los culpables que originan esas crisis, que en su esencia son necesarias para mantener el sistema capitalista.

Estos elementos fundamentales del capitalismo y sus activadores, se han enquistado en los espacios de poder, en los espacios donde la revolución con sus fracasos y virtudes ha conquistado, pero como bien valida es la frase “más fácil es conquistar que mantener una conquista”, pues vemos allí a los apátridas, volviendo a enconchar la conciencia de clase, el pensamiento crítico y libertario que nos soldaron y sellaron, pero que los duros golpes al coco del pueblo, destaparon su real conciencia revolucionaria en febrero del 89 y de allí, han tenido que profundizar el satanismo de la revolución para poder distorsionar ese pensamiento progresista.

Es por ello, que como lo dicen los fonemas iniciales de este discurso, es necesario comenzar la lucha radical e irreverente, del sistema que no termina de morir, es necesario erradicar ese conductismo, antipatriótico, que constantemente nos quiere condicionar, negándonos, el crecimiento de nuestro intelecto, llevándonos a su científica verdad únipolar.

La razón es clara, dos elementos fundamentales debemos entender los revolucionarios, el primero proviene de la disciplina revolucionaria, por ello somos y estamos subordinado al mandato del líder de esta revolución el comandante Hugo Chávez, el otro y último pero no menos importante, tiene que ver con el debate de las ideas, pues en las mismas están inmersa la condición irreverente del socialismo ante las corrientes positivistas y funcionalistas Por supuestos que ese segundo elemento está acompañado de una constante revisión del discurso político reaccionario, que debe nutrirse de forma permanente.

La tarea no es fácil, debemos entender las razones claras, de nuestras convicciones y actitudes revolucionarias, existen muchos revolucionarios camaleónicos, que durante el ejercicio de sus funciones en los puestos de decisiones, dejan expresar sus más perversas practicas tradicionales del capitalismo salvaje, es por ello, que los revolucionarios debemos luchar con conciencia de clase y un claro pensamiento progresista ante estas realidades, enfrentado de forma irreverente, pero en el debate. El debate de las ideas.


LEONARDO CANTILLO

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