miércoles, 17 de junio de 2009

CULTURA ES PODER POPULAR

Una mirada en perspectiva del empoderamiento de las bases populares, tiene que ver de forma directa con la construcción del pensamiento socialista, que surja en el seno de las bases conceptuales de la conciencia crítica, que parta de una concepción no desvirtuada del proyecto socialista bolivariano, fortalecido éste desde nuestra conciencia indígena, afrodescendiente y más allá de las vertientes étnicas que nos han impuesto como pueblos insurgentes, irreverentes y resistentes, como lo hicieron nuestros pasados aborígenes que fueron profundamente golpeados, colonizados, excluidos, inductados, adoctrinados y dominados, hasta no hace sino menos de 15 años atrás por las burguesías que nos aculturaron, desde la conquista eurocentrista, y la dominación mediante doctrinas eclesiásticas que acabaron con nuestros dioses, de barro, de piedra, de palma, de humo y con nuestra convicción paleoindia.

Las estas políticas de exclusión y discriminación que nos llevó al desenlace de la rebelión popular fraguada desde hace siglos atrás, con la resistencia indígena, pasando por la guerra de independencia y la rebelión del 89, batallas que culminaron con la dominación del imperio capitalista, acallando nuestras reivindicaciones sociales, encargando de fijar este modelo como la única salida de las crisis económicas políticas de los pueblos, mediante programas sociales que provocaron las desigualdades económicas colocando una educación dominante que produjera más y más miseria, necesidades de consumo, desde las escuelas, universidades, medios de comunicación social, programas privatizadores de la verdadera realidad humana para involucrarnos en momentos ficticios pintado a través de las libertades; económicas y civiles, entre otras, generando una fuerte afección a los procesos democráticos y social democrático como la única salida para los pueblos, pero que en más de un decenio, evaluaban y proyectaban un futuro negro e hipotético para los más pobres y oprimidos, considerando la privatización de todas las instituciones y empresas proveedoras de bienestar social y desarrollo local como la única salida a los problemas sociales.


La revolución es cultural, como toda expresión del espíritu humano, es la libertad adquirida por derecho natural, colectiva y socialista, con valores únicos para la transformación dentro de los pensamientos generales, exclusivos y científicos, porque nace del alma, como la comunicación más epistémica del pensamiento humano, sin embargo se hace imprescindible asaltar con ella como el arma necesaria para la revolución, la revolución cultural.

Leonardo Cantillo

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