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El Departamento de Estado Norteamericano en conjunto con las Agencias de Inteligencia, continúan trabajando con personajes de la oposición venezolana, para conspirar contra el gobierno de Venezuela.
Estas superestructuras, ponen en evidencia que los gobiernos norteamericanos, son solo títeres de estos infranqueables sistemas.
Esta situación, deja claro las grandes contradicciones de Barack Obama, que está decidida aún por estas superestructuras, comandadas por personajes de la Ultraderecha Republicana en combinación con los organismos de Seguridad e inteligencia Israelíes.
Los anteriores planteamientos se traducen en que: aún con Obama en el poder, sigue en pie un Estado comandado por los republicanos. Así lo han venido haciendo con la participación de los Halcones del Pentágono en el Golpe de Estado a Honduras, desde la Base militar ubicada en Palmerola.
Sin embargo, la mano de Bush está metida en la conspiración y la doble agenda Latinoamericana, una prueba de ello, la participación de Otto Reich y Jhon Negroponte, (quienes fueran figuras claves en su administración), en organizar el encuentro de Federico Ravell y Marcel Granier, con la Secretaria de Estado, para continúar su plan conspirativo contra el Gobierno Bolivariano.
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