Para nadie es una novedad, la postura de los sectores empresariales del país, sobre la forma aparente de transformar las relaciones sociales de producción, sin tocar para nada los privilegios a los cuales están acostumbrados.
Utilizar paños de agua tibia, para decir que son los representantes de los empresarios socialistas, (sólo con el fin de deslindarse de los sectores más reaccionarios, pero con la intención de no perder los beneficios que genera esta condición de empresario)sin realizar transformaciones reales dirigidas al núcleo del sistema en su conjunto (medios de producción y de cambio), Eso sólo serian parches para tapar de alguna manera la intención de seguir sosteniendo un sistema donde la propiedad privada de los medios de producción han incentivado el incremento de la dominación humana sobre las fuerzas naturales, con grandes acumulaciones de riqueza, explotación laboral de millones de personas generando en el pueblo una fantasía de necesidades y apetencias imaginarias.
Si bien es cierto, que los cambios reales se dan desde las propias bases del pueblo, o mejor dicho desde el pueblo mismo, con movimientos sociales pequeños, que van tomando forma, tamaño y conciencia, en la medida de sus avances, de igual manera, debemos tener cuidado con eso que dijo HANNAH ARENDT: “no somos capaces de comprender cosas que ya somos capaces de hacer”. En tal caso, estamos condenados a ser “juguetes y esclavos, no tanto de nuestras máquinas como de nuestros conocimientos prácticos, seres descerebrados a merced de todos los artefactos técnicamente posibles, por mortíferos que sean”.
Por eso, debemos tener en cuenta que aún cuando hemos visto como la implantación de modelos socialistas en otros países y continentes han fallado, debemos estar atentos también a caída progresiva de un Imperio en decadencia, pero tal cual fiera herida, reacciona de manera inimaginable posible.
DEXY CACERES
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